Gabriel García Marquez se mueve, inquieto, en el butacón. Lo...

Próximas questões
Com base no mesmo assunto
Ano: 2008 Banca: FUNRIO Órgão: SEDUC-RO
Q1237479 Espanhol
Gabriel García Marquez se mueve, inquieto, en el butacón. Los repetidos clicks de la cámara fotográfica, accionada por Lida, lo ponen nervioso. “Me voy a gastar”, dice. Pienso enseguida que lo ha dicho porque acaba de acordarse del gallo de su novela EL coronel no tiene quien le escriba, que podía gastarse de tanto que lo miraba el coronel.
Me responde que sí, que acaba de acordarse del gallo. Reímos. Así comienza la entrevista en su habitación del hotel Riviera, en La Habana, en 1982, un par de meses después de que obtuviera el Premio Nóbel de Literatura.riores.
¿Este último libro responde más a la realidad que a la fantasía?
Los porcentajes son muy difíciles de establecer. De todas maneras en todos mis libros el fundamento básico es la realidad. A veces se ha dicho que son bromas mías, ganas de decir cosas, pero no hay una sola línea de ninguno de mis libros que no tenga su origen en la realidad. Lo que sucede con la Crónica de una muerte anunciada es que no reúne elementos tomados de distintos lugares o de distintos episodios, sino que es un episodio completo tomado de la realidad. Es decir, ocurrió algo exactamente igual que lo que se cuenta en la novela. Lo único que he agregado es el aspecto literario. Yo siempre he trabajado alternadamente en literatura y en periodismo. Siempre me he preocupado por las diferencias que hay entre periodismo y literatura, que existen, que son muy claras, aunque yo creo que son injustas porque no debían existir esas diferencias. Tanto el periodismo como la literatura — cuando hablo de literatura hablo de novela, por supuesto— se alimentan de las mismas fuentes. Los métodos de elaboración no son los mismos pero debían ser los mismos. Su destino es el mismo: transmitir, contar, convencer. Como siempre he trabajado al mismo tiempo en literatura y en periodismo, siempre he soñado con la convergencia de los oficios, porque ni siquiera hablo de los dos géneros. Y creo que esa convergencia se logra en la Crónica de una muerte anunciada. Yo diría que como periodismo es un reportaje literaturizado; o sea, un reportaje literario. No es que tenga un gran porcentaje de la realidad, es que es la realidad misma con su tratamiento literario. 
Hay dos versiones sobre su novela El otoño del patriarca. Una, que fue escrita de un tirón; la otra, que ha sido la de más difícil elaboración. ¿Cuál es la verdadera?
El único libro mío escrito de un tirón es Cien años de soledad. Todo el libro estaba completamente resuelto cuando me senté a escribirlo. El otoño del patriarca es exactamente todo lo contrario, me obligó a un trabajo realmente muy duro. En los días que iba bien, escribía cuatro o cinco líneas, que seguramente las rompía al día siguiente. Había que mantener un tono, un ritmo; además, no había encontrado una solución lineal, que tampoco le convenía. Escrito con una estructura lineal hubiera sido un libro infinito y mucho más aburrido de lo que es. Entonces yo pensé que la estructura conveniente era en espiral, en espiral hacia abajo, no hacia arriba, es decir tratando de penetrar cada vez más con es realidad. Resultó un libro experimental, con el cual los críticos han confundido mucho a los lectores.
¿Usted opina también que el periodismo es útil al escritor, a condición de dejarlo a tiempo?
Yo creo que es cierto pero hablando de las condiciones de trabajo del periodismo. Hay una gran diferencia entre el periodismo como oficio y las condiciones de trabajo del periodista. Es decir, el trabajo del periodista desgasta; al escritor le quita lo mejor para dárselo al periódico, que es una vida efímera…Los sueldos no son buenos; en fin, las condiciones de trabajo son bastante malas y uno termina por no sentirse conforme con el oficio. Pero el oficio del periodismo ayuda al escritor, no sólo porque mantiene vivo su trabajo, porque lo mantiene en permanente contacto con las palabras, sino principalmente porque lo mantiene en permanente contacto con la realidad. El día que el escritor pierda el contacto con la realidad, ese día deja realmente de ser escritor. En el periodismo es imposible perder ese contacto, pero en cambio el trabajo literario lo va alejando a uno cada vez más de la realidad.
Y la fama definitivamente lo desvincula y si uno se descuida se queda en una nube, metido en una campana neumática y nunca más sabe dónde está parado. En ese caso, el periodismo es siempre una gran ayuda que lo obliga a uno a bajar de la torre de marfil y darse cuenta de la clase de mundo en que vive. Por eso, yo soy un gran defensor del periodismo. Probablemente, la fórmula tiene una solución, que es la que yo mismo me he dado. Es decir, abandoné el periodismo mientras me fue perjudicial, mientras me quitaba mi mejor tiempo para escribir, mientras me distraía de mis temas literarios fundamentales, pero una vez que resolví mi vida con la literatura volví al periodismo y hago lo que llamo el periodismo ideal: que es cuando me da la gana, con los temas que yo quiero y en la forma que yo quiero. Y si no lo publican, pues no me importa. Pero, además, sí lo publican. 
La noción temporal se puede medir tomando como referencia el momento en que se encuentra el hablante.Así, ¿por qué se utiliza el pretérito perfecto en estos casos:  “Siempre he trabajado al mismo tiempo en literatura y en periodismo,…” “A veces se ha dicho que son bromas mías..” 
Alternativas