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Q2371621 Espanhol
TEXTO 2


La isla griega donde las mujeres mandan y los hombres obedecen


Cárpatos, Grecia, 9 Jun 2023 (AFP) - En el norte de la isla de Cárpatos, encaramado en la ladera de una montaña, el pueblo de Olympos acoge una de las pocas sociedades matriarcales de Grecia que resiste al turismo y a la uniformización del estilo de vida. En su taller en una callejuela estrecha de este pueblo de apenas 300 habitantes, Rigopoula Pavlidis trabaja con su máquina de coser. "Aquí son las mujeres las que mandan", exclama orgullosa. Giannis, su esposo, asiente mientras pinta iconos.


"Mi marido no sabe hacer nada sin mí, ni siquiera su declaración de impuestos", bromea la sexagenaria. Las mujeres de Olympos desempeñan un papel central en la sociedad que remonta a un antiguo sistema de herencia de la época bizantina. Las mujeres de Olympos desempeñan un papel central en la sociedad que remonta a un antiguo sistema de herencia de la época bizantina (AFP).


A pesar de la ocupación otomana a partir de 1538 y la presencia italiana en esta isla del mar Egeo entre 1912 y 1944, Olympos ha mantenido su peculiaridad.Aislada del resto de la isla, esta aldea resistió a los cambios hasta que se construyó una carretera asfaltada en los años 1980. Ahora, cada verano, miles de turistas ascienden hasta la pintoresca localidad. Pero esta tradición matriarcal sigue bien viva.


"Este sistema de herencia estaba muy avanzado comparado al resto de Grecia. La herencia de la madre iba a la hija mayor", explica Giorgos Tsampanakis, historiador nacido en esta isla, situada entre Creta y Rodas. Al ser la primogénita, Rigopoula Pavlidis heredó 700 olivos. "Las familias no tenían suficientes bienes para dividirlos entre todos los niños. Y si hubiéramos dejado la herencia a los hombres, la habrían dilapidado", afirma. Después del matrimonio, los hombres van a vivir a casa de la esposa. El dominio femenino se encuentra también en la transmisión de los nombres.


"La hija mayor tomaba el nombre de la abuela materna, al revés que en el resto de Grecia, donde se transmitía el de la abuela paterna", explica Tsampanakis. Y "numerosas mujeres se hacen llamar todavía por el apellido de su madre y no por el de su marido", añade. A partir de los años 1950, la emigración de hombres hacia Estados Unidos y otros países europeos obligó a las mujeres a gestionar ellas solas las explotaciones agrícolas. En Avlona, una aldea vecina de Olympos, Anna Lentakis recoge con ímpetu a sus 67 años las alcachofas con las que va a preparar una tortilla para su pequeña cantina. "No teníamos otra opción que trabajar. Era nuestro único medio de subsistencia", recuerda.


Hasta hace unos años era propietaria de la taberna "Olympos" en el pueblo homónimo. Pero ahora es su hija mayor, Marina, quien se ha hecho cargo de ella.


"Me gusta decir que el hombre es la cabeza de la familia y la mujer, el cuello. Es ella quien orienta las decisiones tomadas por el hombre", dice Marina. Su hija Anna solo tiene 13 años, pero ya sabe que un día tomará el relevo: "Es la herencia de mi abuela y estaré orgullosa de ocuparme de ella". El sistema, sin embargo, solo beneficia a las primogénitas. "Las hijas pequeñas deben quedarse en la isla para estar al servicio de las mayores. Se ha creado una especie de casta social", señala Alain Chabloz, miembro de la Sociedad de Geografía de Ginebra que ha estudiado este fenómeno.


Giorgia Fourtina, hija pequeña y soltera, no siente que Olympos sea tan progresista. "Es una pequeña sociedad donde una mujer sola en un café está mal vista", explica. Las mujeres del pueblo visten normalmente vestidos bordados con delantales floreados, un pañuelo en la cabeza y botas de cuero. Son verdaderos tesoros que suelen formar parte de la dote.


Irini Chatzipapa, de 50 años, es la mujer más joven de Olympos en llevar cotidianamente esta vestimenta. "Enseñé a bordar a mi hija, pero más allá de las fiestas, no lleva nunca este vestido que no está adaptado a la vida moderna", dice la panadera. Esto genera inquietud en su madre Sofia, de 70 años, que todavía administra su café. "Nuestras costumbres se convierten simplemente en un folclore para las fiestas. Nuestro mundo está desapareciendo".


Adaptado de: https://www.clarin.com/viste/isla-griega-mujeres-mandan-hombres-obedecen_0_r8R9Ok2F1G.html - Accedido el: 24/09/2023
Identifica el modo y tiempo de la forma verbal compuesta que está en itálico y subrayado, en la siguiente oración: "Y si hubiéramos dejado la herencia a los hombres”.
Alternativas
Q2335163 Espanhol
TEXTO 3


Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan –no lo saben, lo terrible es que no lo saben–, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.


CORTÁZAR, Julio. Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj. IN: Cuentos completos 2. Buenos Aires: Punto de Lectura, 2007, p.29.
En el texto 3, predomina el uso de un determinado tiempo y modo verbales. Su empleo produce, predominantemente, efecto de acciones:
Alternativas
Q2272022 Espanhol
El modo y los tiempos verbales en español permiten al hablante expresar temporalidad y actitud respecto a la acción. ¿Cuál de las siguientes oraciones usa un tiempo verbal en modo subjuntivo? 
Alternativas
Q2272018 Espanhol
Los verbos irregulares en español tienen formas que no siguen las reglas estándar de conjugación. ¿Cuál de estos verbos es un verbo irregular? 
Alternativas
Q2257146 Espanhol

TEXTO 2


MARAVILLAS DE LA VOLUNTAD


        A Ias tres en punto don Pedro Ilegaba a nuestra mesa, saludaba a cada uno de los concurrentes, pronunciaba para sí unas frases indescifrables y silenciosamente tomaba asiento. Pedía una taza de café, encendía un cigarrillo, escuchaba Ia plática, bebía a sorbos su tacita, pagaba a Ia mesera, tornaba su sombrero, recogía su portafolio, nos daba Ias buenas tardes y se marchaba. Y así todos los días.


        ¿Qué decía Pedro al sentarse y al levantarse, con cara seria y ojos duros? Decía:

        - Ojalá te mueras.


        Don Pedro repetia muchas veces al día esa frase. Al levantarse, al terminar su tocado matinal, al entrar o salir de casa - a Ias ocho, a Ia una, a Ias dos y media, a Ias siete y cuarto - , en el café, en Ia oficina, antes y después de cada comida, al acostarse cada noche. La repetía entre dientes o en voz alta; a solas o en compañía. A veces sólo con Ios ojos. Siempre con todo el alma.


        Nadie sabía contra quién dirigía aquellas palabras. Todos ignoraban el origen de aquel odio. Cuando se quería ahondar en el asunto, don Pedro movía Ia cabeza con desdén y callaba, modesto. Quizá era un odio sin causa, un odio puro. Pero aquel sentimiento lo alimentaba, daba seriedad a su vida, majestad a sus años. Vestido de negro, parecía Ilevar luto de antemano por su condenado.


        Una tarde don Pedro llegó más grave que de costumbre. Se sentó con lentitud y en el centro mismo del silencio que se hizo ante su presencia, dejó caer con simplicidad estas palabras:


        - Ya lo maté.


        ¿ A quién y cómo? Algunos sonrieron queriendo tomar Ia cosa a broma. La mirada de don Pedro los detuvo. Todos nos sentimos incómodos. Era cierto, allí se sentía el hueco de Ia muerte. Lentamente se dispersó el grupo. Don Pedro se quedó solo, más serio que nunca, un poco lacio, como un astro quemado ya, pero tranquilo, sin remordimientos.


        No volvió al día siguiente. Nunca más volvió. ¿Murió? Acaso le faltó ese odio vivificador. Tal vez vive aún y ahora odia a otro. Reviso mis acciones. Y te aconsejo que hagas lo mismo con Ias tuyas, no vaya a ser que hayas incurrido en Ia cólera paciente, obstinada, de esos pequeños ojos miopes. ¿Has pensado alguna vez cuántos - acaso muy cercanos a ti - te miran con los mismos ojos de don Pedro?

AI transformar Ia oración, "Ya lo maté.", en estilo indirecto sería de Ia siguiente forma:
Él dijo que... 
Alternativas
Respostas
1: A
2: A
3: A
4: B
5: B