Questões de Concurso Público IF-PI 2022 para Professor - Espanhol, Edital nº 73

Foram encontradas 60 questões

Q1970963 Espanhol
Aporofobia, el miedo al pobre que anula la empatía

Para que algo exista en la conciencia colectiva hay que poder nombrarlo. Poner nombre a lo que ocurre y no se ve o no se quiere ver es lo que ha hecho la filósofa Adela Cortina con una realidad que está ahí pero preferimos ignorar: el miedo, la aversión y el rechazo a los pobres. Lo ha denominado aporofobia, un fenómeno que está en el origen de las corrientes de xenofobia y racismo que se extienden por el acomodado mundo occidental. Adela Cortina acuñó este concepto a partir de los términos grietos griego áporos (sin recursos) y fobos (temor, pánico) y lo ha utilizado en trabajos académicos y artículos, hasta imponerlo, pese a las reticencias de los editores a las palabras extrañas, como título de su último libro: Aporofobia, el rechazo al pobre (Paidós, 2017).

El esfuerzo ha tenido recompensa. Hace unas semanas el neologismo fue incorporado al Diccionario de la lengua española y la Fundación del Español Urgente lo ha declarado la palabra del año de 2017, como en años anteriores fueron populismo, refugiado, selfi y escrache. En la palabra aporofobia Fundéu ha encontrado no solo un término muy signifi cativo, sino una rara avis lingüística: “una voz con autor conocido y fecha de nacimiento”.

La aporofobia, como señala Adela Cortina, es lo que alimenta el rechazo a inmigrantes y refugiados. No se les rechaza por extranjeros, sino por pobres. Nadie pone reparos a que un jeque árabe se instale en un país europeo, ni a facilitar la residencia a un futbolista famoso. Los yates atracan sin problemas en la costa rica del Mediterráneo mientras las pateras se hunden tratando de alcanzarlas. A Trump no se le ha ocurrido poner un muro en el norte, en la frontera con Canadá, sino en el sur, en la frontera con México.

El odio al pobre se expresa también con los excluidos del propio país. Según el Observatorio Hatento, una iniciativa de las entidades sociales para denunciar agresiones a las personas sin techo, el 47% de quienes viven en la calle han sido víctimas de delitos de odio. Por su situación de exclusión, son también los más indefensos. La recesión económica ha exacerbado el miedo a la pobreza porque nos ha hecho ver que todos somos vulnerables. Que el mejor empleado de la empresa más segura puede quedarse de repente en la calle sin medios de subsistencia.

Pero para que el miedo se convierta en rechazo es preciso un proceso mental que anule la compasión y la empatía. Ese proceso lo proporciona la ideología y se activa cuando señala a los pobres como culpables de su pobreza. Cuando afirma que la pobreza no es fruto de unas condiciones estructurales que dejan a muchos en la cuneta, sino el resultado de una indolencia, un error individual o una culpa personal. En esa ideología, los pobres son percibidos como una amenaza. Culpabilizarlos anula la empatía y permite que se le ignore y hasta se les persiga. Y todo eso ocurre en un momento de fuerte aumento de las desigualdades.

(El Pais – Milagros Pérez Oliva – enero 2018. Disponible en: https://elpais.
com/elpais/2018/01/03/opinion/1515000880_629504.html Accedido en 12
de julio de 2022)
El fenómeno fonético de coarticulación hace referencia a la producción a la vez de dos sonidos. Señale la opción que presenta un ejemplo de coarticulación de consonantes característica del español estándar. 
Alternativas
Q1970964 Espanhol
Aporofobia, el miedo al pobre que anula la empatía

Para que algo exista en la conciencia colectiva hay que poder nombrarlo. Poner nombre a lo que ocurre y no se ve o no se quiere ver es lo que ha hecho la filósofa Adela Cortina con una realidad que está ahí pero preferimos ignorar: el miedo, la aversión y el rechazo a los pobres. Lo ha denominado aporofobia, un fenómeno que está en el origen de las corrientes de xenofobia y racismo que se extienden por el acomodado mundo occidental. Adela Cortina acuñó este concepto a partir de los términos grietos griego áporos (sin recursos) y fobos (temor, pánico) y lo ha utilizado en trabajos académicos y artículos, hasta imponerlo, pese a las reticencias de los editores a las palabras extrañas, como título de su último libro: Aporofobia, el rechazo al pobre (Paidós, 2017).

El esfuerzo ha tenido recompensa. Hace unas semanas el neologismo fue incorporado al Diccionario de la lengua española y la Fundación del Español Urgente lo ha declarado la palabra del año de 2017, como en años anteriores fueron populismo, refugiado, selfi y escrache. En la palabra aporofobia Fundéu ha encontrado no solo un término muy signifi cativo, sino una rara avis lingüística: “una voz con autor conocido y fecha de nacimiento”.

La aporofobia, como señala Adela Cortina, es lo que alimenta el rechazo a inmigrantes y refugiados. No se les rechaza por extranjeros, sino por pobres. Nadie pone reparos a que un jeque árabe se instale en un país europeo, ni a facilitar la residencia a un futbolista famoso. Los yates atracan sin problemas en la costa rica del Mediterráneo mientras las pateras se hunden tratando de alcanzarlas. A Trump no se le ha ocurrido poner un muro en el norte, en la frontera con Canadá, sino en el sur, en la frontera con México.

El odio al pobre se expresa también con los excluidos del propio país. Según el Observatorio Hatento, una iniciativa de las entidades sociales para denunciar agresiones a las personas sin techo, el 47% de quienes viven en la calle han sido víctimas de delitos de odio. Por su situación de exclusión, son también los más indefensos. La recesión económica ha exacerbado el miedo a la pobreza porque nos ha hecho ver que todos somos vulnerables. Que el mejor empleado de la empresa más segura puede quedarse de repente en la calle sin medios de subsistencia.

Pero para que el miedo se convierta en rechazo es preciso un proceso mental que anule la compasión y la empatía. Ese proceso lo proporciona la ideología y se activa cuando señala a los pobres como culpables de su pobreza. Cuando afirma que la pobreza no es fruto de unas condiciones estructurales que dejan a muchos en la cuneta, sino el resultado de una indolencia, un error individual o una culpa personal. En esa ideología, los pobres son percibidos como una amenaza. Culpabilizarlos anula la empatía y permite que se le ignore y hasta se les persiga. Y todo eso ocurre en un momento de fuerte aumento de las desigualdades.

(El Pais – Milagros Pérez Oliva – enero 2018. Disponible en: https://elpais.
com/elpais/2018/01/03/opinion/1515000880_629504.html Accedido en 12
de julio de 2022)
Señala la opción que presenta una palabra que ejemplifi ca la producción de coarticulación entre una consonante nasal y una velar.
Alternativas
Q1970965 Espanhol
Aporofobia, el miedo al pobre que anula la empatía

Para que algo exista en la conciencia colectiva hay que poder nombrarlo. Poner nombre a lo que ocurre y no se ve o no se quiere ver es lo que ha hecho la filósofa Adela Cortina con una realidad que está ahí pero preferimos ignorar: el miedo, la aversión y el rechazo a los pobres. Lo ha denominado aporofobia, un fenómeno que está en el origen de las corrientes de xenofobia y racismo que se extienden por el acomodado mundo occidental. Adela Cortina acuñó este concepto a partir de los términos grietos griego áporos (sin recursos) y fobos (temor, pánico) y lo ha utilizado en trabajos académicos y artículos, hasta imponerlo, pese a las reticencias de los editores a las palabras extrañas, como título de su último libro: Aporofobia, el rechazo al pobre (Paidós, 2017).

El esfuerzo ha tenido recompensa. Hace unas semanas el neologismo fue incorporado al Diccionario de la lengua española y la Fundación del Español Urgente lo ha declarado la palabra del año de 2017, como en años anteriores fueron populismo, refugiado, selfi y escrache. En la palabra aporofobia Fundéu ha encontrado no solo un término muy signifi cativo, sino una rara avis lingüística: “una voz con autor conocido y fecha de nacimiento”.

La aporofobia, como señala Adela Cortina, es lo que alimenta el rechazo a inmigrantes y refugiados. No se les rechaza por extranjeros, sino por pobres. Nadie pone reparos a que un jeque árabe se instale en un país europeo, ni a facilitar la residencia a un futbolista famoso. Los yates atracan sin problemas en la costa rica del Mediterráneo mientras las pateras se hunden tratando de alcanzarlas. A Trump no se le ha ocurrido poner un muro en el norte, en la frontera con Canadá, sino en el sur, en la frontera con México.

El odio al pobre se expresa también con los excluidos del propio país. Según el Observatorio Hatento, una iniciativa de las entidades sociales para denunciar agresiones a las personas sin techo, el 47% de quienes viven en la calle han sido víctimas de delitos de odio. Por su situación de exclusión, son también los más indefensos. La recesión económica ha exacerbado el miedo a la pobreza porque nos ha hecho ver que todos somos vulnerables. Que el mejor empleado de la empresa más segura puede quedarse de repente en la calle sin medios de subsistencia.

Pero para que el miedo se convierta en rechazo es preciso un proceso mental que anule la compasión y la empatía. Ese proceso lo proporciona la ideología y se activa cuando señala a los pobres como culpables de su pobreza. Cuando afirma que la pobreza no es fruto de unas condiciones estructurales que dejan a muchos en la cuneta, sino el resultado de una indolencia, un error individual o una culpa personal. En esa ideología, los pobres son percibidos como una amenaza. Culpabilizarlos anula la empatía y permite que se le ignore y hasta se les persiga. Y todo eso ocurre en un momento de fuerte aumento de las desigualdades.

(El Pais – Milagros Pérez Oliva – enero 2018. Disponible en: https://elpais.
com/elpais/2018/01/03/opinion/1515000880_629504.html Accedido en 12
de julio de 2022)
El tiempo verbal empleado en la acción “ha hecho” en “Poner nombre a lo que ocurre y no se ve o no se quiere ver es lo que ha hecho la filósofa Adela Cortina con una realidad que está ahí pero preferimos ignorar:...” en este contexto está empleado por:
Alternativas
Q1970966 Espanhol
Soy disidente.

Soy un eco de rosados muertos,
Putos, maricas y desviados;
Olvidados, perseguidos y asesinados,
Soy disidente.
Soy nieto de la raza asesinada por el progreso.
Y por eso,
Soy marrón como la tierra que pisaron las fl echas
de la
resistencia...
Yace en mi carne una herencia ancestral,
en mis manos la decencia por amar
sin permitir que duelan latigazos de la cruz.
No deseo la moral castradora,
Ni el evangelio de la blancura,
Yo deseo desear
Y amar-me sin medida.
Adión a su dios,
ningún credo me abarca,
Porque soy di si den te.

Por Hector Dh

La homosexualidad vingativa. Escritos disruptivos en favor de una
respuesta anti-colonizante/anti-autoria/anti-asimilacionista de las
dissidências sudakas. 2018.

No poema, o sujeito poético rechaça 
Alternativas
Q1970967 Espanhol
Soy disidente.

Soy un eco de rosados muertos,
Putos, maricas y desviados;
Olvidados, perseguidos y asesinados,
Soy disidente.
Soy nieto de la raza asesinada por el progreso.
Y por eso,
Soy marrón como la tierra que pisaron las fl echas
de la
resistencia...
Yace en mi carne una herencia ancestral,
en mis manos la decencia por amar
sin permitir que duelan latigazos de la cruz.
No deseo la moral castradora,
Ni el evangelio de la blancura,
Yo deseo desear
Y amar-me sin medida.
Adión a su dios,
ningún credo me abarca,
Porque soy di si den te.

Por Hector Dh

La homosexualidad vingativa. Escritos disruptivos en favor de una
respuesta anti-colonizante/anti-autoria/anti-asimilacionista de las
dissidências sudakas. 2018.

Sodré (1999) mostra a constituição identitária com base na ancestralidade do sujeito
“Dizer identidade é designar um complexo relacional que liga o sujeito a um quadro contínuo de referências, constituído pela intersecção de sua história individual com a do grupo onde vive. Cada sujeito singular é parte de uma continuidade histórico-social, afetado pela integração num contexto global de carências naturais, psicossociais e de relações com outros indivíduos, vivos e mortos. A identidade de alguém, de um “si mesmo”, é sempre dada pelo reconhecimento do “outro”, ou seja, a representação que o classifica socialmente.” Nesse sentido, o eu lírico do poema não exprime valor à sua questão identitária racial no seguinte trecho: 
Alternativas
Respostas
41: A
42: E
43: A
44: A
45: E